miércoles, 27 de noviembre de 2013

Necesidad

Tu presencia sigue viva en mí,
Me ahogo en tu perfume extranjero.
Tu mirada me asesina lenta y cruelmente, 
Sin dejar rastro alguno de tu supuesto pero precioso amor por mí.

La necesidad persistente de tenerte presente, de vivir, 
Se desvanece ante el sádico deseo de morir. 

El recuerdo de un ayer
-Nuestro ayer-, 
Que fue perfecto, 
Muerto ya en un mar de soledad...
Como la herida que no cierra sin antes sangrar.

Cual paz ardiente que,
Sin embargo no me da tranquilidad,
Así lo considero...
Respirar, vivir, soñar...
De eso ya no tengo necesidad.


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